MISIONES COVAS DO MONTE (2012)
Nuestro destino en este caso fue Covas do Monte, en Portugal; una aldea bastante alejada de Viseu, la ciudad más cercana. El objetivo consistía en restaurar y, en algunos casos, reconstruir siete edificios.
Cada uno de ellos tenía una problemática y un uso completamente diferentes por lo que tuvimos la suerte de trabajar con un poco de todo. El molino, que presentaba humedad y carcoma; la escuela y el espigueiro, trabajando con la pintura y embellecimiento de la madera; la azanha y el cabril con la limpieza de la piedra que había quedado escondida bajo la tierra y la colocación de nueva estructura y tejado de pizarra.
Por último, las casas de doña Lucinda e Irene. Éstas necesitaron mucho trabajo porque tan sólo disponíamos de cuatro paredes ennegrecidas por el fuego y un agujero en el suelo que utilizaban como baño. El resultado fue impresionante y la satisfacción que recibimos al acabar, mayor.
Una de las preguntas que nos hicimos al llegar allí fue ¿Por qué? Nadie de la aldea entendía el porqué de esta iniciativa, donde 50 jóvenes llegamos de buenas a primeras para mejorar sus vidas de forma gratuita. En tan sólo diez días, conseguimos nuestro objetivo, y además, conocimos una vida completamente diferente a la que llevamos en Madrid.
El tiempo allí parecía ir más lento, marcado tan sólo por el campanario, nada de tecnologías, sólo naturaleza. «Un auténtico paraíso para aquel que tiene billete de vuelta», como nos decía uno de los más jóvenes. La dureza del trabajo en el campo marcaba el carácter de los aldeanos, personas que parecían impasibles ante cualquier contratiempo, a sus gestos les sobraba experiencia pero les faltaba vida.
Lo que nos llevamos de esta aventura no es sólo ver y aprender aquello que hemos estado estudiando a lo largo de la carrera a través de planos, sino entender de una manera directa el fin de nuestra labor como arquitectos que es intentar mejorar la calidad de vida de las personas.
Ana Pereda, Elena Triguero, Marina Carrasco y Carmen Gª del Salto.